viernes, 15 de agosto de 2008

SEÑOR QUIERO TENER UNA FAMILIA

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Señor, quiero tener una familia
P. Alexander Pavicevic

El P. Alexandar nació el 17 de octubre de 1964 en Santiago. Estudió en los colegios:
Saint George y The Grange School e Ingeniería Civil Industrial en la Universidad
de Chile, recibiéndose en 1991. Ingresó a la Legión de Cristo en 1993. Actualmente
es capellán del Instituto Godwin de Mérida, asesor espiritual del Instituto Cumbres y director de la sección de jóvenes del Movimiento Regnum Christi

Señor, no quiero ser sacerdote, quiero tener una familia
Le decía una noche en oración a Dios Nuestro Señor, cuando tenía unos doce años, pero Dios tenía otra misión para mí. Cuando iniciaba la carrera de Ingeniería, unos amigos del colegio me invitaron al Movimiento Regnum Christi. Ahí comencé a llevar mi vida cristiana con un mayor compromiso apostólico. Siempre había trabajado con mi padre, junto a mis hermanos y mi vida la veía encaminada por ese rumbo. Mi padre era un trabajador incansable; había tenido una gran empresa, pero varias circunstancias le llevaron a perder todo.
Un día, cuando la empresa familiar estaba al borde de la quiebra, estando en misa, escuché el pasaje del joven rico, me llegó tan profundo en ese momento, que me propuse imitarlo. Le comenté esto a mi director espiritual, el P.John O´Reilly, L.C. y me hizo ver que más que el joven rico yo estaba en una situación de joven endeudado y eso era peor que ser pobre, ¡debía apoyar a mi familia! Así lo hice, congelé mi carrera de ingeniería y me puse a trabajar de lleno con mi padre; me agarré de Dios y luego una tarde le dije de rodillas: Señor, si salimos de esto, te ofrezco mi vida. Después de un año y medio, gracias a Dios, a la Sma. Virgen y varios milagros evidentes salimos adelante. Así pude volver a terminar mi carrera y recibirme en 1991.
Tenía ya por ese tiempo una estupenda novia, pero mi corazón me pedía algo más,¿dónde quedó la promesa de entregar mi vida a Dios? Yo me excusaba con que le podría servir en un buen matrimonio pero todo el Evangelio se me presentaba ya en plan vocacional: ven y sígueme. Dios, como un Padre amoroso me fue aclarando en el interior: sígueme, ahí donde estás: en el Regnum Christi. ¿Porqué quieres escapar del camino que ya te he elegido?; no hagas sufrir más a tus padres y ti mismo; sé sencillo y sé generoso ahí donde Yo te llamé.
Doy gracias a Dios por tantas gracias recibidas en mi vida. Desde mi niñez trabajé con mi padre terrenal. Ahora ya trabajo de lleno con mi Padre celestial y estoy seguro que no me faltará trabajo.

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