martes, 1 de julio de 2008

CONVERSIÓN DE SAN PABLO

La conversión de San Pablo

Los Hechos de los apóstoles refieren la famosa frase que Pablo escuchó en el camino de Damasco: “Saúl, Saúl, ¿porqué me persigues?”

Pablo en la narración que él mismo hace de la aparición del Resucitado deja ver una gran confusión interior. Las vocaciones- conversiones proféticas del Antiguo Testamento, eran portadoras de una misión: “cuando Aquel que me separó desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia, tuvo a bien revelar en mí a su Hijo, para que le anunciase entre los gentiles, al punto…”(Gál 1,15-17).

La “conversión” radical de Saúl no representa para él un cambio de religión, pues él se siente más judío que nunca ya que es el “Dios de los padres” que lo ha mandado a predicar el evangelio. El evangelizador de los paganos continuará a predicar a los judíos mientras le sea posible, hasta que sea llamado definitivamente a Roma. La conversión y el bautismo de Pablo significan para él el descubrimiento de su verdadero y justo lugar en la vida de Israel.

Se ignora la edad de este capital acontecimiento, se puede deducir de la carta a los Gálatas que fuera entre los 33 y 35 años, poco después del nacimiento de la primera Iglesia, la de Jerusalén, que fue creada entorno a “Pedro y los once” (Hch 2, 14).

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