Sede de la ONU. New York 1985. Mandó a sus hermanas a repartir una
oración. Ateos, cristianianos, musulmanes, agnosticos, budistas y etc,
la recibieron. Fue introducida por el Secretario de la ONU: Javier Perez
de Cuellar, como la mujer más poderosa del mundo. Haciendo gala de ese
poder inmenso, que es el poder de la santidad, los hizo rezar a todos.
Vale la pena compartir este video.
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