Es una de las famosas más admiradas del mundo, además de las más millonarias y perseguidas por la prensa. Hannah Montana, álter ego de la actriz y cantante Miley Cyrus, llega al cine al mismo tiempo que la joven que reconoció con 15 años que quería llegar virgen al matrimonio, y afirma que su fe es lo más importante vida.

La actriz y cantante Miley Cyrus, una de las jóvenes más conocidas del mundo, ha hecho públicas sus creencias religiosas, demostrando así no tener pelos en la lengua. Conocida a lo largo y ancho del globo por su papel en la serie televisiva de Disney Hannah Montana, la norteamericana ha estado la pasada semana en Madrid para presentar la versión cinematográfica de la que se ha convertido en una las series de televisión de más éxito de todos los tiempos. Todas y cada una de sus temporadas, han alcanzado en Disney Channel los mayores picos de audiencia de la cadena, en España y Estados Unidos.

Además, sus tres discos han sido éxito absoluto de ventas, y su esperada autobiografía (Miles to go), aún por publicar en nuestro país, promete ir por el mismo camino. Y es que todo lo que toca Miley se convierte en oro. Por eso no era de extrañar que tarde o temprano diese su salto a la pantalla grande. Hannah Montana: la película, que en su primer fin de semana en EEUU recaudó 30 millones de dólares, se estrena en España el 8 de mayo, y promete ser un éxito de taquilla en todo el mundo, porque el público joven e infantil, sencillamente, la adora.

Levantando pasiones allá donde va, lo que más ha impresionado ahora son las importantes declaraciones que ha hecho la joven Miley en cuanto a sus opiniones personales sobre la religión y el sentido de la vida. En rueda de prensa en Madrid y ante decenas de periodistas, la actriz de 16 años dijo que había tenido “oportunidad de hacer películas antes que ésta”, pero que había decidido esperar porque quería “papeles que fuesen positivos”.

Y es que su álter ego es una muchacha vitalista y jovial, y quería que su incursión en el cine fuese con un papel tan positivo como su Hannah Montana. Miley Cyrus, muy desenvuelta y sin conocer lo políticamente incorrecto que es en España hablar en la esfera pública de las creencias religiosas y de las convicciones morales, dijo: “Lo más importante para mí es la religión, porque me importa lo que está pasando a mi alrededor. Por eso quiero hacer cosas de las que se me sienta orgullosa y que enorgullezcan también a mis padres”. ¡Toma ya! No estamos en España acostumbrados a esta sinceridad de los famosos, y menos aún de los jóvenes actores, tan proclives a darse a conocer en la interpretación por papeles como los de la serie Física o química de Antena 3 o películas como Mentiras y gordas.

Firmes convicciones

A estas valientes declaraciones hay que añadir unas que hizo hace algo más de un año en las que se manifestaba “decidida -dijo- a llegar virgen al matrimonio”, afirmación que ha defendido en los más diversos medios de comunicación. En otra elocuente entrevista concedida, cuando aún tenía 15 años, a la revista norteamericana TV Guide, afirmó: “Incluso a mi edad, una gran cantidad de niñas están empezando a caer [en las relaciones sexuales], y creo que si cada uno se abstuviera e hiciera este compromiso consigo mismo, sería fantástico”. Por esto mismo, Miley lleva siempre el conocido como purity ring (anillo de la pureza), que simboliza la promesa que se ha hecho a sí misma y a su familia, según sus propias palabras.